domingo, 24 de agosto de 2008
Bob Dylan, Johhny Cash y June Carter
No es para comérselos??
Qué maravilla!! Qué bueno es interrelacionarse, hombre! Nunca habría llegado la casi cruel pero tan tremenda "It ain´t me, babe" a las bocas de la parejita Cash si no hubiera estado Dylan ahí para escribirla!
Alegranza se hace de rogar

Se acabaron (snif) los días en Tamadaba donde, por fin aclimatada y hecha a la sequedad después de tantos síntomas de alergia, me habría quedado tan contenta. Pero volvía emocionada porque a la mañana siguiente salía en barco hacia Alegranza, un islote al norte de Lanzarote, a pasar otros 10 días. Ahora, algo con lo que yo no había contado y ni imaginado de lejos: que el viento no nos dejara salir al mar. Y así está siendo... llevo dos días en casita sin saber si mañana será el día ó si, como dice el Windguru los alisios no van a tener piedad y no va a poder ser en toda la semana...
sábado, 23 de agosto de 2008
Tamadaba

Por que de no ser por ella habríamos disfrutado de unas vacaciones mucho más cortas en la isla vecina. Ya el día D, en el lapso de hora y media bajamos felices al pueblo vecino, echamos gasolina, vemos como se sale del depósito, subimos al taller cerrado por festivo, volvemos a casa, sacamos herramientas, cacharreo (con esguince incluído) sacar cosas, arreglar cacharros, volver a meter y ¡vamonos! con lenta caravana de por medio y gracias a la persuasión de nuestros compañeros de viaje conseguimos llegar al barco en el minuto antes de cerrar la rampa. ¡¡Las tarjetas de embarque que nos vamos!! Merecido un señor desayuno a bordo para reponer la energía consumida con tanto nervio.
Gracias a esta bendita prudencia (nada que ver conmigo) acabo de volver de pasar unos días increibles en Gran Canaria con una gran compañía.
"Gana el que salte y caiga de pie en las nubes". Puestas de sol increíbles y una brutal inmensidad. Inmensidad de agua, aire y tierra. Elevaciones del suelo de más de mil metros que acaban en acantilados al mar infinito que se junta con el cielo. La única barrera, la que provocan los alisios; alucinante mar de nubes que se ve desde el pinar.
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