Reconversión de caravana que olvidó ya su función en apartamento de creatividad compartida y para seguir compartiendo

Recordarle a una caravana cuáles eran sus funciones. Cantarla, mimarla y enderezarla.

Hoy, a base de zarandeos y tirones, se le hace deshacerse de las tapaderas que mantenían encubiertos a los nidos de ratón, las cagadas de roedores y los gusanos de alcanfor que desde hace tiempo llevaba a cuestas en el interior de sus cajones. Grapas oxidadas, plásticos adheridos al tiempo y a su espacio, tornillos apegados a su confortable hogar. Maderas; conglomerados dejados de su mano, de la de Dios y de la de quien acostumbraba a cuidarlos encuentran en este día su esperanza tanto tiempo ya añorada: la gracia de dos manos (ó de cuatro en este caso) que los toquen, los lijen y los maquillen ó que los premien con el Descanse En Paz ó el R.I.P de los telefilmes.

Esta casita linda fue refugio de papeles, de cartas de banco y de mensajes de Correos que no fueron atendidos. De catálogos que se aburrieron de esperar y de cintas de casette reemplazadas por cedés. De vinilos, libros viejos, la enciclopedia Larousse. De ropas de carnavales, de almohadas sin relleno y de colchones de noventa. Fue un cuarto de almacenaje, lugar para el por si acaso...

En estos días, su creador ha decidido darle el basta. El método Learning English, las VHS y algunos recuerdos pasados saldrán de sus escondites con el título que otorga el paso del tiempo que es el de indeseados camino del cubo negro. Ocuparán su lugar partos de ideas locas nunca antes exprimidas. Telas de colores, experimentos decorativos con recortables de puertas ó suelos construidos por manos antes inexpertas. Todo vale, todo sirve y es una oportunidad de comprobarlo. Imaginación al poder. Creatividad y energía son la pareja de baile que comparten pista con reciclaje y sentido práctico.

Mucho color y materiales reclamando su atención...

... y un día a día de eternidad limitada. Dos semanas plazo máximo.

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