domingo, 8 de junio de 2008

Un par de curiosidades. Vida social en el jardín.

Es un hecho conocido por los biólogos el que las plantas son capaces de detectar la presencia de plantas vecinas a través de cambios en los niveles de agua o nutrientes, o por la aparición de señales químicas en el terreno. Sin embargo, el año pasado Susan A. Dudley y Amanda L. File descubrieron un comportamiento mucho más interesante: hay plantas capaces de distinguir a parientes genéticos dentro de su misma especie. Olé. Su competición por los nutrientes no es tan agresiva cuando los vecinos están genéticamente relacionados dentro de la especie (es decir, no se trata de que la planta reconozca a otros ejemplares de la misma especie, sino a otros ejemplares que son “primos” cercanos).
Por otra parte, en 1966, Cleve Backster, un ex agente de la CIA experto en detectores de mentiras conectó los electrodos de un polígrafo al filodendro de su oficina y, para su sorpresa, descubrió que la resistencia galvánica de las hojas reaccionaba ante diferentes estímulos con una gama de sensaciones que iban del pánico a la alegría. Backster bautizó este fenómeno como «percepción primaria», una especie de sistema sensorial indefinido que parecía indicar la existencia de una facultad cercana a la telepatía.
Entonces, ¿No parece existir en nuestros jardines un mundo más allá del que queremos llegar a ver?

2 comentarios:

Elisa dijo...

Enhorabuena has creado un blog muy bonito, es una buena idea para estar más cerca. Me gustan esas plantas tan particulares que tienes en el jardin, tienen mucha personalidad. Gracias por la lección de biología, me ha encantado.

luciluzzz dijo...

Me alegro, Eli. Nos vemos prontito.
Un beso muy grande