Desde mi punto de vista, un trabajo muy sencillo y muy complicado a la vez es el de "perdonar" (sin misticismos) en todo momento a todos los que nos rodean.
Es fácil aceptar, comprender y perdonar a todo el que nos gusta, a todo el que nos aporta lo que nos va "bien", a los que nos hacen reír,... pero hay que intentar hacerlo con los que no lo hacen, los que nos crean conflictos, los que nos hacen enfadar, sufrir ó pensar demasiado. Trae un sentimiento de tranquilidad y seguridad que puede sugerir que algo estamos haciendo bien.
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