domingo, 20 de septiembre de 2009

Tirarse a la piscina

ó al mar, como en el sueño.

Después del temporal, la playa de Los lances comenzaba con un laguito. Le seguía una gran montaña de arena blanca desafiando a los pies descalzos y al llegar arriba un puente que nos lleva hasta el agua pero, ¿y el mar? Cincuenta metros más abajo, lo menos (uff...). Todos conocemos las cosquillas de la tripa y el movimiento intestinal de cuando nos vemos pequeños ante una inmensidad. Y ahí están, además de un "QUIERO tirarme y NO PUEDO" haciendo eco por dentro.
El Fuser moreno va al agua. Se tira después el rubio. Pero yo no; reconozco muy míos los disimulos de la sensación de incomodidad y malestar ante ese "sí pero no", y cuando despierto, recuerdo, con expresión frustrada, que me quedé sola arriba.
El consciente me trae un: si no te arriesgas te estancas y si te estancas no creces...
Y, ¿para qué estamos aquí, si no es para experimentar y crecer?
Pues eso, qué bueno cuando un sueño te permite encarar tan claramente una faceta propia dejándola ya superada para la próxima en el mundo de los mortales!
OM SHANTI!

1 comentario:

Fuser dijo...

Esto es de una cancion de Patricia Sosa que se llama "Aprender a Volar", cuando puedas escuchatela...
Duro es el camino
y se que no es facil
solo hay que cerrar los ojos
y echarse a volar...

Vuele companiera, vueleeeee